Este blog tiene un año.
Lo inicié justo después de feria, el año pasado...
Cada vez que visito el cuaderno de bitácora de algun que otro amigo Blogger, siempre me atrae el inicio de todo. Me encanta rebuscar en las entradas previas, hasta remontar al origen, al primer post, al que lanzó la adicción. Muchas veces es el post del por qué, de las expectativas, de la esperanza. Una ventana abierta donde hay muchas puertas cerradas. Otras veces es el post para compartir, para aliviar, para desahogar.
Cuando inicié este blog, estaba en una etapa de incertidumbres a nivel personal y profesional. Tenía un trabajo que no me llenaba, una relación amorosa en la cual solamente apostaba yo. Un año despues y tras decisiones complicadas, por lo menos ya no tengo ninguna incertidumbre: está todo vacío... Estoy sin trabajo, sin "amigo especial"...
Está todo vacío, pero a la vez todo lleno. Porque ahora empieza mi reconstrucción. Como cantaba Jarabe de Palo, "de las cosas de querer, solo sé que no sé nada"... Una vez aceptado eso, ya no temo equivocarme.
Apagué la TV. 