Antes de firmar el escrito que mi empleador me puso por delante al despedirme, decidí reunirme con mi abogado. Este íntimo amigo había sido testigo de la derrota irreversible de mi empresa, y no se sorprendió al verme aparecer en su despacho.
Los trámites administrativos y jurídicos siempre me provocaron tanta alergia como incomprensión así que le llevé toda la documentación que podía tener: contrato laboral, declaración de la renta, vida laboral… Tras estudiarlo todo y con una sonrisa, me anunció que podía firmar el finiquito sin temores ni rencores: la empresa se había mostrado generosa.
Aquel día, mi abogado me dio ánimo para volver a soñar y emprender proyectos nuevos. Como buen soldado, he seguido cada una de sus directrices, cada uno de sus consejos… y estoy empezando vida nueva. Os lo confieso: para mí sin duda ninguna, ¡la crisis ha sido una oportunidad!
Participación en el II concurso de microrrelatos sobre abogados, con 5 palabras impuestas.
Los trámites administrativos y jurídicos siempre me provocaron tanta alergia como incomprensión así que le llevé toda la documentación que podía tener: contrato laboral, declaración de la renta, vida laboral… Tras estudiarlo todo y con una sonrisa, me anunció que podía firmar el finiquito sin temores ni rencores: la empresa se había mostrado generosa.
Aquel día, mi abogado me dio ánimo para volver a soñar y emprender proyectos nuevos. Como buen soldado, he seguido cada una de sus directrices, cada uno de sus consejos… y estoy empezando vida nueva. Os lo confieso: para mí sin duda ninguna, ¡la crisis ha sido una oportunidad!
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